La tierra gira

Y lo hace en torno a su eje de rotación. Por eso, cuando observamos el cielo durante un buen rato, tenemos la sensación de que gira sobre nuestras cabezas de Este a Oeste.
Los objetos celestes cambian de posición de forma lenta pero continua, se desplazan 15 grados de arco cada hora. Esto provoca que las fotografías de larga exposición nos salgan movidas: en forma de trazos de luz, en lugar de puntos brillantes.
Este efecto se hace más evidente cuanto más cercano está el objeto al ecuador celeste (línea imaginaria que cruza el cielo de Este a Oeste formando un ángulo de 90 grados con la estrella Polar).
De todas formas no debemos desanimarnos: si empleamos una película de 400 ASA y un objetivo de longitud focal media (28 a 70 mm) que sea luminoso (f/2.0 a f/3.5), podremos realizar exposiciones inferiores a 60 segundos, es decir, hacer fotos a las constelaciones, algunas nebulosas, cúmulos y galaxias.
Para fotografiar planetas podremos emplear longitudes focales mayores y menos luminosas, porque su brillo es tan intenso (comparado con el de las estrellas), que la mayoría de ellos precisarán de fracciones de segundo para la velocidad de obturación.

La longitud de los trazos
De todas formas, si queréis controlar al máximo la posibilidad de que la foto os salga movida debido a los trazos estelares, podéis calcular la longitud que tendrán sobre el negativo aplicando esta fórmula:
L=[tFcos d ]/13750

Donde :
L = longitud (en milímetros) que tendrá el trazo del objeto estelar sobre el negativo fotográfico.
t = tiempo de exposición, expresado en segundos.
F = longitud focal del objetivo empleado, expresada en milímetros.
cos d = coseno de la declinación, o ángulo de la posición del objeto respecto a la estrella Polar. No es necesario conocer su valor con exactitud, se puede estimar a ojo.
Probando diferentes valores de tiempo de exposición y distancia focal en la ecuación, podremos saber si vale la pena o no hacer la foto.

Más fácil aún
Si os parece que el formulajo de arriba es demasiado complicado y no os interesa demasiado conocer la longitud de los trazos, os ofrezco una solución más sencilla, aunque menos precisa.
Resulta que el tiempo máximo que podemos tener una estrella ubicada en las inmediaciones del el ecuador celeste, es de 20 a 30 segundos, con un objetivo de 50 mm de longitud focal. A partir de este tiempo aparecen en el negativo distorsiones provocadas por el desplazamiento del cielo, es decir, la longitud de la traza sobrepasará los 0,1 mm.
Espero que esta información os pueda servir para estimar a ojo el tiempo de exposición.

¡Cachis la mar... !
Si durante los primeros momentos de una fotografía de larga exposición, le damos una patada al trípode, movemos la cámara accidentalmente, o simplemente decidimos corregir el encuadre, no pasa nada, ya que la película no habrá tenido tiempo de registrar detalles con suficiente intensidad como para que aparezcan quemados en el negativo...volvemos a empezar como si no hubiese ocurrido nada.

Fotos movidas
La observación de fotografías movidas -con trazos debidos al movimiento del cielo- nos descubre no sólo su trayectoria curva en torno al Polo Norte celeste, sino que también nos revela el verdadero color de las estrellas: la estela que dejan algunas estrellas puede ir desde un azul brillante hasta un rojo intenso.
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